Complicaciones de las varices de las extremidades inferiores

¿Por qué aparecen las varices? ¿Se pueden complicar las varices?

La patología varicosa es un problema médico, por cuanto provoca una sintomatología clínica definida y molesta, un problema estético en cuanto que supone una pérdida de la armonía corporal en las piernas, y además un problema socioeconómico por su elevada repercusión laboral y social en cualquier país.

¿Por qué aparecen las varices?

Las varices son la manifestación externa de alteraciones en el aparato circulatorio producidas por el efecto de la bipedestación prolongada, es decir, por el hecho permanecer de pie durante el día y a lo largo de los años. Esta postura obliga al aparato circulatorio a hacer un sobreesfuerzo para conseguir que la sangre vuelva al corazón venciendo la fuerza de la gravedad y la circulación de retorno o venosa es especialmente dificultosa en las piernas. Pero la patología varicosa es también un hecho hereditario, y algunas personas están expuestas genéticamente a esta “herencia varicosa”. La manifestación de los síntomas, en estos casos, aparece a una edad muy precoz. El sedentarismo y la obesidad, dificultan obviamente, el retorno venoso de las extremidades inferiores.

¿Se pueden complicar las varices?

Cabe distinguir dos grandes tipos de complicaciones producidas por las varices: las VENOSAS y las DERMATOLOGICAS.

Entre las primeras, se contemplan la tromboflebitis y la varicorragia o rotura venosa. La tromboflebitis es la formación de un coágulo en una vena varicosa. La evolución suele ser benigna cuando es tratada precozmente, pero tiene un riesgo de progresión al sistema venoso profundo del 11-15%, con el consecuente riesgo de embolia pulmonar. Los síntomas se inician de manera aguda, con un dolor a lo largo del cordón venoso indurado.

La trombosis venosa es una enfermedad grave que por sus características que comporta un doble riesgo:

  • embolia pulmonar y,
  • secuela post-flebítica a nivel de extremidad. 

 trombosis venosa vena safena trombofelbitis

 

En España, debido a embolia pulmonar, una de las consecuencias de una trombosis venosa, mueren al año, entre 10.000 y 20.000 personas. Las estadísticas confirman que se dan unos 15 nuevos casos cada año por cada 10.000 habitantes, que se sumarán a la población ya afectada. Por lo que la prevalencia de las consecuencias de una trombosis venosa se sitúan en el 5% de la población.

La trombosis venosa consiste en la formación de un coágulo hemático en el interior de una vena. Se produce mayoritariamente por un enlentecimiento de la sangre secundario a inmovilización (intervención quurúrgica, viaje en avión, enyesado), por trastornos de la coagulación (trombofilia) y algunas neoplasias.

Cuando la flebitis afecta a las piernas el dolor es percibido a menudo en el muslo o en la pantorrilla, se suele acompañar de trayecto indurado y rojo, pudiendo asociarse febrícula. No es nada raro que se presente en personas sanas, caminando por la calle, al bajar un escalon, o al desarrollar un esfuerzo deportivo, noten de golpe, un dolor súbito, casi siempre a nivel de los gemelos, como si algo les hubiera golpeado en la pantorrilla ("signo de la pedrada"). Entonces se produce un hinchazón, dolor y en ocasiones cojera. Tambien se pueden presentar las trombosis venosa axilo-subclavia (Síndrome de Paget Schroetter), forma clínica especial es la trombosis de esfuerzo a nivel de extremidades superiores en excursionistas y deportistas de élite.

La doctora M.V. Arcediano, es angióloga del Instituto Sala Planell de Angiología y Cirugía Vascular, y está especializada en trombosis. Desde su punto de vista, el mayor énfasis se debe poner en la prevención.

Estudios realizados en Francia ponen de manifiesto que entre el 10 y el 20% de las trombosis surales (situadas debajo de la rodilla) se complican con una embolia si no son tratadas. El 50% de las trombosis proximales (a nivel del muslo, y cadera), se complican con una embolia pulmonar si no cuentan con el tratamiento adecuado. Además, sabemos que un tratamiento anticoagulante inadecuado sin un seguimiento evolutivo y personalizado del enfermo, tiene un riesgo de recidivas del 50%.

Diversos trabajos han demostrado que en el 50% de los casos, el diagnóstico clínico de trombosis es erróneo, por falso positivo o falso negativo. Por ello, ha quedado claramente establecido que frente a cualquier edema de pierna es imprescindible un estudio mediante Eco-Doppler para diagnosticar la existencia o no de trombosis y prescribir el tratamiento preventivo en cada caso.

Estas consideraciones han llevado a varios países europeos, poner en marcha centros de atención especializados en Trombosis con excelentes resultados. Estos centros atienden todas las sospechas de enfermedad tromboembólica, tanto en carácter ambulatorio como con hospitalización, en caso de ser necesario. Estos centros trabajan en colaboración con los médicos de medicina general y con los traumatólogos haciendo controles de tratamiento anticoagulante en el mismo centro.

En nuestro Instituto, disponemos de un Centro de Atención Especializada en Trombosis de manera similar a lo que se está desarrollando en otros paises.

Otra complicación grave, es la varicorragia o rotura venosa externa, la piel es tan fina que incluso un mínimo traumatismo puede provocar una hemorragia, y en el caso de la interna, el volumen de la pantorrilla aumenta considerablemente, y paralelamente se siente un intenso dolor después de realizar algún tipo de esfuerzo. La impotencia funcional y el hematoma se instalan de inmediato. 

Las complicaciones dermatológicas, son importantes por su frecuencia y por sus repercusiones a nivel funcional, profesional y social. Pueden afectar a todos los tejidos. El factor mecánico esencial que las determina es la estasis, debida a una hiperpresión venosa superficial prolongada. Son tres las complicaciones que se pueden presentar:

  • dermatitis: Las dermatitis pueden ser de tipo infeccioso, aunque debido a la mejora de las condiciones de vida, se ve cada vez menos y básicamente suele manifestarse como celulitis inflamatoria. También puede presentarse un eccema, y aunque lo encontremos en diferentes formas, siempre es pruriginoso.
  • esclerosis dermo-hipodérmica: es el signo que anuncia la úlcera. Se presenta con el aspecto de una placa de piel lisa, dura, imposible de movilizar y que se adhiere a los planos profundos. Puede complicarse con brotes agudos inflamatorios, entonces el tratamiento, generalmente decepcionante, se hará a base de vitamina E, oleato de soja y aguacate, cremas emolientes y cicatrizantes, productos que en ningún caso, obran milagros.
  • úlcera varicosa: es una pérdida de substancia cutánea de evolución tórpida y muchas veces recidivante. Este tipo de úlceras, acostumbra a desarrollarse muy especialmente en el tercio inferior de la pierna, tanto en la cara externa como en la interna, frecuentemente, cerca de los maléolos e incluso a la altura de éstos, en cuyo caso la cicatrización será todavia más difícil. El tamaño de las úlceras es muy variable, pero pueden llegar a ser enormes. Su aspecto y coloración permiten determinar su antigüedad y emitir un pronóstico. Si son de color gris, sanidosas y bordes profundos, tienen un mal pronóstico de cicatrización. Si el fondo es purulento, de color amarillo verdoso, la úlcera puede sobreinfectarse con gérmenes muy diversos. Si por el contrario, tienen el fondo limpio, de color rojo de granulación, con bordes finos, elásticos y con ribete epidérmico, su pronóstico será más favorable.

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